"MALENA" GIUSEPPE TORNATORE (2): SÁDICA

 

  ¿Qué crisis existencial estaba viviendo el pobrecito Giuseppe Tornatore cuando dirigió esta película?, ¿acaso fue objeto de burla de una joven y bella mujer?, no pude evitar pensar esto mientras visualizaba este film, bastante bello en sus fotogramas tierra-mar y visita turística a la bella Italia... pero desastrosa en su planteamiento moral.

  Malena es una belleza arrebatadora (la única del pueblo parece ser) que vive en una cerrada villa siciliana en plena Segunda Guerra Mundial, (esta aportación la añado yo, para darle algo de enjundia a la trama); no obstante, es una mujer muy desgraciada... Habiendo vivido algunos de los horrores de las guerras, es blanco de las lujurias y odios de sus estimados vecinos.



  Una mártir, hasta su protagonista, la bellísima Mónica Bellucci, (que ya de por sí tiene cierto aire de virgen María, en sensual), lo ratifica en cada plano. Camina con la mirada fija en el suelo, lo que da pocas pistas de su mundo interior; y puesto que lo más expresivo de una persona es su mirada y su expresión facial, se hace tremendamente difícil identificarse con ella, más allá del "sensible" sentir por un cuerpo perfecto, injustamente ultrajado... Y eso es morboso, ¡es una cerdada! Las únicas tres o cuatro frases que pronuncia son ya a mediados de la película, (donde se la percibe con bastante sensatez, y más carácter del que aparenta); se producen cuando el director ya nos ha dejado claro desde qué óptica debemos percibir al personaje, (desde la admiración por su hermosa figura),  habiendo entrado el espectador, ya de lleno, en el modo pobrecita mujer objeto... ¡qué indignante es que mancillen su cuerpo sin su permiso!

  La cosa es que Malena es un personaje plano y mal dibujado, como todos los de la película, (por otra parte), pero al ser el personaje principal debería desarrollarse más: solo la vemos pasear elegante y sexy, pero cabizbaja, (ni idea tienes si esa manía de mirar al suelo es por pudor, por evitar provocaciones o para no pisar a una hormiga), mientras que TODOS y TODAS se dedican a vilipendiarla. Los tíos, da igual si casados viejos o niñatos, son todos una manada de gorilas que parece que no han visto una teta ni en portada, (si su repugnante conducta puede justificarse desde esa premisa...), que si es una puta, que si a ver cuándo les toca a ellos... clímax de violencia latente porque Malena no lo hace conmigo. Y las mujeres no se quedan cortas, TODAS envidiosas de esta pobre chica, ¡que qué importa si su marido ha desaparecido en pleno combate o si se muere de hambre...!: ella es bella, yo no. 

  Las situaciones dramáticas pierden su mensaje y profundidad cuando solamente inspiran lástima: no puedes hablar de la caída en desgracia de una persona y no describir su personalidad, sus intereses, sus aspiraciones; hasta cuando llora Malena es bajo la mirada distante, (cámara alejada), del crío que la ama, con sus pajilleras ensoñaciones de por medio. Malena es una bella esfinge a la que habría que respetar solo por su belleza. Tampoco ayuda al drama que el resto de personajes adultos sean meras bocas sucias burlonas; útiles que sirven para apoyar las tropelías del niño, se les podría cambiar la cara y no variaría nada. No hay un personaje que haga contrapunto salvo el niño, que debe provenir de otra galaxia, y que como cualquier crío de unos doce años solo piensa en pajas, en romantizar la vida y otras cosas de niño púber, que ni a los adolescentes importa. Y ya me dirán qué interés puede tener una película donde el único personaje "creíble" es un niño megasalido.

  No sé a quién puede gustar esta película, (de más de doce o trece años, y chico); es fea, (sí, ya sé que estéticamente no), vacía y cruel. Y encima con ese aire a comedia costumbrista italiana para darle ligereza y chiste al relato, (¡pero si es la historia de una apedreada!), haciendo gracias del acoso sexual, la agresión, la humillación a la mujer... ¡jajaja yo es que me parto la caja! (por dios).

  Lo dicho, qué mal lo estaría pasando Giuseppe Tornatore (autor de la bellísima  y emotiva "Cinema Paradiso"). Pobrecito...



MICROMACHISMO: LAS MUJERES "REALES"

 

  Ayer me enteré de un "importante" acontecimiento por las noticias cajón desastre de mi smartphone: Pamela Anderson fue a una gala de alfombra roja sin maquillar. Cada uno es libre de ir de fiesta como le de la gana, ¡faltaría más!; pero que se venda a día de hoy estos acontecimientos como liberadores de la (al parecer) aún débil y esclavizada mujer... me parece de una casposidad preocupante. Con o sin maquillaje, con burka o en bañador, el caso es seguir centrando la valía de la mujer en su aspecto físico. Y comprendo que no hay que estar muy muy acomplejada y requiere de cierta rebeldía social, (un poquito eh... que no estamos hablando de Rosi de Palma), el ir a cara descubierta a un lugar lleno de focos donde las más guapas y jóvenes van enmascaradas con litros de maquillaje, y otros efectos mágicos; pero de ahí a que se pueda considerar un acto de feminismo y liberación... ¿Alguna vez han sido ejemplo de potencia y virilidad las greñas de Jonny Deep?, ¿si Brad Pitt luce camiseta guarrindonga y peinado al aire en los Oscar será un hombre renovado que da un nuevo giro a su vida, empoderado, signo y ejemplo de una nueva masculinidad...? No creo, ¿no?: porque es una tontería; porque por esta regla de tres todo aquel que se descuide, no reponga su armario en años o no se duche en una semana, ha de ser considerad@ a la fuerza un espíritu libre que rebosa personalidad; a ver si afearse va a ponerse de moda y como más fe@ estés más valioso demostrarás ser...


Las mujeres, como los hombres, siempre buscamos mejorar en aquello que nos importa: obtener la mejor nota en clase de economía, hacer la mejor cena para la familia, llegar a un puesto directivo en nuestro lugar de trabajo o ganar una carrera de sacos en las fiestas del pueblo. Todo depende de tus gustos y tu forma de ser, no de tu belleza o no belleza. Y las mujeres solemos ser coquetas, habrá alguna que no, (¡afortunadas excepciones!), pero por lo general suele importarnos aquello de envejecer mal, que nuestras amigas luzcan mejor que nosotras, (la famosa "envidia sana") y solemos gastar dinero y tiempo en vernos mejor, (si disponemos de él). ¿Por qué debemos de sentirnos estúpidas y débiles por un defecto que está en nuestra naturaleza?, ¿debemos simular que nos da igual lo que no nos da igual para destacar nuestra personalidad...? Ignoro si la intención de Pamela fue ponerse de ejemplo o solo captar la atención de los medios para obtener alguna compensación económica en publicidad o exclusivas; pero si así fuera: valiente ejemplo estúpido para las jovencitas...

Y la misma opinión me merece la moda de las "mujeres reales", (que aquí no se trata de ir en contra de nadie particular); "inteligente" movimiento que favorece a las mujeres de peso norma o sobrepeso, como si las esqueléticas modelos de Victoria's Secret no fueran reales (hasta cebarse y ganar unos kilos de más). Una cosa es aceptar nuestras imperfecciones con alegría y elegancia, y otra ponerse de ejemplo de fémina por mostrar con regocijo y jolgorio nuestros defectos o perfecciones físicas, (el caso inverso es igual de estúpido). Las mujeres también somos grandes; en la historia ha habido (y hay) mujeres increíbles, que sí nos deben servir de ejemplo: Marie Curie, una de los descubridores, junto a su marido Pierre Curie, de la radiactividad, la reina Cleopatra, defensora de la independencia de Egipto frente al poderoso y expansionista Imperio Romano; Hipatia pionera matemática y astrónoma que inventó (entre otros) el hidrómetro; Isabel I de Inglaterra, cuya contribución cultural mereció ser nombra la era isabelina, y que afianzó a Inglaterra como potencia política y económica frente al entonces poderoso Imperio Español; nuestra Isabel la Católica, defensora del catolicismo y unificadora de España, Simone Beauvoir precursora del feminismo; o nuestra coetánea y muy coqueta (por cierto) Sara García Alonso, ¡primera astronauta española! Y tantas tantas otras, (reconocidas o anónimas), que podéis buscar, (aunque yo dejaré un link de lo que yo busqué por aquí debajo), a las que debemos tanto y tanto... Mucho más allá que esta moda de empoderamiento femenino que no se sabe muy bien de dónde ha salido ni por qué. 

Mujeres importantes que cambiaron la Historia  - Telefónica

¡Compañeras de genitales!, que nuestros complejos y envidias, (por mucho que nos jodan), no nos nublen todo lo que somos y podemos llegar a ser, ¡compañeros de camino de genitales convexos!, que vuestros prejuicios masculinos a favor de vuestra egolatría no os líen la cabeza sobre lo que es ser una mujer. Somos grandes, todos, todas y todes (jejeje), juntos hemos conseguido que este bello planeta marrón y azul sea mucho más que naturaleza, agua, selva y bosques; un lugar lleno de ciencia, arte e ideas, que contribuyen (desgraciadamente a veces para mal), a que nuestra Tierra sea viva y cambiante; que tenga una historia mucho más interesante, en cuanto a evolución y diversidad, que nuestros allegados hermanos del Sistema Solar. No le demos más bombo que lo anecdótico a las tonterías.