A SOLAS CON TUS RECUERDOS



  Todos tenemos miedo a la soledad. Pero la soledad no es la misma cuando va cargada de buenos momentos que le dan un toque poético. Es relativamente fácil recordar los buenos momentos; pero difícil crearlos. 

Cuando tenía diecisiete años conocí a una mujer fantástica trabajando en un geriátrico. Se llamaba Pilara y tenía más de ochenta años. Esta señora compartía salón junto a compañeros de edad y condición física similares; salvo que ella tenía la mente todavía clara. En muchos geriátricos se separa a los ancianos por rango de edad y de minusvalía. Esta regla me parece del todo injusta y discriminatoria puesto que los ancianos principalmente son personas, y las personas tiene sentimientos, cerebro, futuro o pasado. Había otras muchas injusticias dignas de mencionar aunque sólo diré unas pocas puesto que el post no va por esos cauces: se empleaba la misma cuchara para la sopa que para el postre, es más, la misma de un anciano a otro; si se cagaban o querían ir al baño se les ignoraba hasta que fuera la hora de cambiar el pañal. Si tenían sed y ya había bebido lo suficiente no se les daba agua, puesto que eso podía suponer más cambio de pañal. El aseo persona era nefasto y no podían tener las mujeres sus colonias favoritas, todos con Nenuco en las manos porque en pelo se les amarilleaba y en cuello les salían más arrugas. ¡Y por descontado se les hablaba lo justo!, pues como la mayoría tenían demencia senil...

En este cuadro vivían Pilara y sus compañeros, casi todos psicológicamente ya perturbados, con demencia senil, fuertes depresiones... etc. Sólo a Pilara se la podía llamar "cuerda". Y allí estaba esa señora: dando prioridad a sus compañeros a la hora del cambio o ayudándonos a las más jóvenes a tratar a éste o aquél, contándonos algunas anécdotas de sus vidas para que fueran tratados con la máxima dignidad. Pilara mantenía las ideas frecas; el ánimo fuerte pero tranquilo, la mirada observadora y un aspecto elegantemente cansado... En una ocasión me comentó que muchas no lavaban las cucharas de anciano a anciano y que, por ahorrarse molestias, les daban un somnífero a todos después de la comida para que desconectaran un rato del mundo y dejaran de dar la lata. Pilara había sido decana universitaria y escritora, pero toda su historia quedaba en el olvido de esas cuatro paredes... como las de todos aquellos ancianos que ya no podía recordar sin llorar o desconectar con la realidad. No quiero dar a entender que Pilara fuera superior puesto que la sola palabra "superior" no denota más que injusticia y falta de objetividad y a los demás no tuve el gusto de poderles conocer en condiciones; entre esos ancianos "anónimos" por sus recuerdos mermados habría muchas grandezas, tropiezos, historias, quejas, dolor, alegría... Pero ya era imposible saberlo. Por eso temía tanto por Pilara, ¿hasta qué punto podría mantener la cordura en un entorno tan triste en el que ciertos estúpidos directivos habían decidido que tenía que pertenecer por estar en silla de ruedas...? Quizás, si hubiera llegado cinco años antes, María o Antonio y muchos de aquellos que estaban en ese momento "más allá", que vivían en no se sabe qué mundo pasado permanentemente, todavía estarían sanos; ¿pues quién puede resistir a la locura en semejante sala del horror?

Pero centrémonos en Pilara porque a ella sí pude conocerla y era una mujer extraordinaria. Muchas veces me pregunto si su inteligencia y fortaleza moral no hicieron que su envejecimiento neuronal fuera más lento. Según se dice en neurología no envejece igual el cerebro de una persona acostumbrada a "pensar", que ha llevado una actividad intelectual continua toda su vida, que el de otros que se han dejado llevar por la vagancia del "no pensar", del ir a lo fácil; aunque también se habla que el ejercicio físico también obra milagros en el cerebro humano (retrasador del alzheimer y el párkinson), y que en la sala de los "discapacitados físicos" era nulo. En cualquier caso creo que el esfuerzo mental por sonsacar lo mejor de cada experiencia; ir por la vida razonando cada detalle, dando más importancia a lo que nos aporta y transforma que a lo que tenemos... tiene que ser una gran ventaja incluso durante la vejez. 
Es un ejercicio apto para todos, del más capacitado al más incapacitado, que no entiende ni de edades ni de estudios ni condiciones sociales. Es "negarse a caer en la "idiotez" (aquí entendida como gilipoyez)"; plaga tan extendida entre los más inteligentes o los más tontos del mundo... 

Pilara, era de ese tipo de personas que daba prevalencia a su conciencia de sentimientos para determinar los cambios y experiencias de su vida. Prevalencia que nada tiene que ver con la superioridad de la mente ni en basar la vida en qué listísimo soy, (más bien lo contrario); sino en buscar el placer por la vida según nuestra propia naturaleza, y no la de la multitud. Igual la búsqueda de nuestra propia esencia, de nuestra autenticidad e identidad, por encima del empoderamiento social, no es una tarea inteligentísimaaa, (ni importa que lo sea); pero es Consciente y respetuosa contigo mismo y con el mundo. ¿Acaso hay algo tan difícil como la simple búsqueda de Tu "placer"...? Seguro que sí, pero creo que a la larga, nada más necesario. 

Es posible que tras la atenta y bondadosa expresión de Pilara, siempre distinguida en sus gestos, se escondieran mil recuerdos de cómo se sintió la primera vez que hizo el amor más que del acto en sí. Que recordara qué cosas aprendió el día de su graduación más que en su título. Que CENTRARA su recuerdo más en la felicidad y amor que sintió al concebir su primer hijo que en cómo era su retoño al nacer (ya fallecido)... Sentimientos, conceptos... Permanencias inmateriales e inconcretas que sólo morirán con nosotros, allá mueran los echos que los ocasionaron en la memoria. Su título de maestra, su virginidad... ya no los tenía, pero eso a Pilara no le importaba; centró su vida en lo que siempre estaría con ella (¡sería ella!), incluso en su vejez: lo inmaterial. Era una anciana, pero seguía siendo esa misma mujer de veinte treinta cincuenta años... porque los sentimientos y sensaciones no tienen edad ni condición. Era la misma fuente de energía, pensamiento y emoción; solo que más EVOLUCIONADA.






P.D.: Mi abuela Catalina, otra gran mujer y yo. Espero poder encontrar una foto de mi abuelo Josep Doménech; actor, escritor, comercial y reconocida personalidad de Menorca fallecido recientemente hace unos meses. Su teoría de la vida era siempre "amar, siempre amar".






BARACK OBAMA


Normalmente me importa una mierda la política pero esto es Historia así que lo dejo:

20 Enero 09He venido hoy aquí con una actitud modesta frente a la labor que tenemos por delante, agradecido por la confianza que habéis depositado en mí y consciente de los sacrificios que hicieron nuestros antepasados. Quiero dar las gracias al presidente Bush por su servicio a nuestra nación, así como por la generosidad y la cooperación de las que ha hecho gala a lo largo de esta transición.
Cuarenta y cuatro estadounidenses han jurado ya la presidencia. Estas palabras se han pronunciado con vientos favorables de prosperidad y mares de paz en calma. No obstante, de vez en cuando este juramento se ha prestado entre nubes de tormenta y tempestades embravecidas. En esos momentos, Estados Unidos ha seguido adelante no sólo por la habilidad o las ideas de los que estaban en la presidencia, sino porque Nosotros, El Pueblo, nos hemos mantenido fieles a los ideales de nuestros ancestros y a nuestros documentos fundacionales.
Así ha sido y así ha de ser con esta generación de estadounidenses.
Ya ha quedado claro que estamos en medio de una crisis. Nuestra nación está en guerra contra una red de violencia y de odio muy extendida. Nuestra economía está muy debilitada, como consecuencia de la avaricia y de la irresponsabilidad de algunos, pero también de nuestro fracaso colectivo por no haber tomado decisiones difíciles ni preparado al país para una nueva era. Hay gente que ha perdido su casa; empleos que han desaparecido; negocios que se han ido a pique. Nuestra atención médica es demasiado cara; nuestros colegios han fallado a demasiados; y cada día hay más pruebas de que las formas que tenemos de utilizar la energía fortalecen a nuestros adversarios y amenazan a nuestro planeta.
Éstos son indicadores de la crisis, sujetos a datos y a estadísticas. Menos mensurable, pero no menos profunda, es la pérdida de confianza que está viviendo nuestro país: un miedo acuciante a que el declive de Estados Unidos sea inevitable y de que la próxima generación tenga que reducir sus expectativas.
Hoy os digo que los retos a los que nos enfrentamos son reales. Son graves y son muchos. No los vamos a poder superar fácilmente ni en un corto periodo de tiempo. Pero quiero que Estados Unidos sepa algo: vamos a superarlos.
En este día nos reunimos porque hemos elegido la esperanza por encima del miedo, la unidad de propósito por encima del conflicto y la discordia.
En este día queremos proclamar el fin de los agravios insignificantes y de las falsas promesas, de las recriminaciones y de los dogmas anticuados, que llevan demasiado tiempo estrangulando nuestra política.
Seguimos siendo una nación joven, pero como dicen las Escrituras, ha llegado la hora de dejar a un lado los infantilismos. Ha llegado la hora de reafirmar nuestro espíritu resistente; de elegir nuestra mejor historia; de impulsar ese preciado don, esa noble idea, que ha ido pasando de generación en generación: la promesa hecha por Dios de que todos somos iguales, de que todos somos libres y de que todos nos merecemos la oportunidad de perseguir al máximo nuestra felicidad.
Al reafirmar la grandeza de nuestra nación, comprendemos que la grandeza nunca es algo regalado. Hay que ganársela. Nuestro viaje nunca se ha caracterizado por los atajos o por el conformarnos con poco. No ha sido un camino para pusilánimes, para los que prefieren el ocio al trabajo o los que buscan sólo los placeres de las riquezas y de la fama. Han sido más bien los que corren riesgos, los emprendedores, los que hacen cosas - algunos alabados por ello, pero la mayoría de las veces hombres y mujeres cuya labor ha pasado desapercibida – lo que nos han guiado por el largo y arduo camino hacia la prosperidad y la libertad.
Por nosotros se echaron al hombro sus pocas posesiones terrenales y surcaron océanos en busca de una nueva vida.
Por nosotros trabajaron en fábricas donde se explotaba a los trabajadores y poblaron Occidente, aguantaron el azote de los látigos y araron la dura tierra.
Por nosotros combatieron y murieron, en lugares como Concord y Gettysburg, Normandía y Khe Sahn.
Una y otra vez, estos hombres y mujeres se esforzaron y se sacrificaron y trabajaron hasta despellejarse las manos para que nosotros pudiéramos tener una vida mejor. Para ellos Estados Unidos era mayor que la suma de nuestras ambiciones individuales; mayor que todas las diferencias de nacimiento o de riqueza o de ideología.
Es un viaje que proseguimos hoy. Seguimos siendo la nación más próspera y poderosa de la Tierra. Nuestros trabajadores no son menos productivos que cuando empezó la crisis. Nuestras mentes no son menos inventivas, nuestras mercancías y nuestros servicios no son menos necesarios que la semana pasada, el mes pasado o el año pasado. Nuestra capacidad sigue intacta. Pero el tiempo de adherirnos firmemente a nuestras creencias, de proteger intereses limitados y de retrasar las decisiones desagradables, ese tiempo ciertamente ha pasado. A partir de hoy, debemos levantarnos, sacudirnos el polvo, y reanudar el trabajo de rehacer Estados Unidos.
Porque miremos adonde miremos, hay trabajo por hacer. La situación de la economía exige acción, audaz y rápida, y actuaremos; no sólo para crear nuevos puestos de trabajo, sino también para establecer nuevas bases para el crecimiento. Construiremos carreteras y puentes, redes eléctricas y líneas digitales, que alimentarán nuestro comercio y nos mantendrán unidos. Devolveremos la ciencia al lugar que le corresponde, y aprovecharemos las maravillas tecnológicas para aumentar la calidad de la atención sanitaria y reducir su coste. Aprovecharemos el sol, los vientos y el suelo para impulsar nuestros coches y poner en funcionamiento nuestras fábricas. Y transformaremos nuestros colegios, institutos y universidades para que cubran las necesidades de una nueva era. Todo esto podemos hacerlo. Y lo haremos.
Ahora bien, hay quienes cuestionan la escala de nuestras ambiciones, que insinúan que nuestro sistema no soportará demasiados planes grandiosos. Tienen poca memoria. Porque han olvidado lo que este país ya ha hecho; lo que los hombres y las mujeres libres pueden conseguir cuando la imaginación se une al propósito común, y la necesidad a la valentía.
Lo que los escépticos no entienden es que el terreno que pisan ha cambiado; que las discusiones políticas trasnochadas que durante tanto tiempo nos han consumido ya no son válidas. La pregunta que nos hacemos hoy no es si nuestro Gobierno es demasiado grande o demasiado pequeño, sino si funciona; si ayuda a las familias a encontrar trabajos con un sueldo decente, atención sanitaria que puedan pagar, una jubilación digna. Allí donde la respuesta sea sí, nuestra intención es avanzar. Cuando la respuesta sea no, los programas cesarán. Y quienes administramos los dólares de los ciudadanos deberemos rendir cuentas – gastar con prudencia, reformar los malos hábitos, y hacer nuestros trabajo a la luz del día – porque sólo entonces podremos restaurar la confianza vital entre los ciudadanos y su Gobierno.
La cuestión tampoco es si el mercado es una fuerza para bien o para mal. Aunque su poder para generar riqueza y aumentar la libertad es incomparable, la presente crisis nos ha recordado que, sin un ojo que lo vigile, el mercado puede descontrolarse, y que una nación no puede prosperar por mucho tiempo amparando únicamente a los favorecidos. El éxito de nuestra economía siempre ha dependido no sólo del tamaño de nuestro Producto Interior Bruto, sino también del alcance de nuestra prosperidad; de nuestra habilidad para ofrecer oportunidades a toda persona dispuesta, no por caridad, sino porque es el camino más seguro para lograr el bien común.
En cuanto a la defensa común, rechazamos por su falsedad el hecho de que tengamos que elegir entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros Padres Fundadores, enfrentados a peligros que a duras penas alcanzamos a imaginar, redactaron una carta para garantizar el imperio de la ley y los derechos del hombre, una carta alargada con la sangre de generaciones. Esos ideales siguen iluminando el mundo y, por nuestro propio bien, no renunciaremos a ellos. Por eso les digo a todos los pueblos y gobiernos que hoy tienen la mirada puesta en nosotros, desde las grandes capitales hasta el pequeño pueblo que vio nacer a mi padre: sabed que Estados Unidos es amigo de toda nación y de todo hombre, mujer y niño que busque un futuro de paz y dignidad, y que estamos dispuestos a tomar la iniciativa una vez más.
Recordad que generaciones anteriores se enfrentaron al fascismo y al comunismo no sólo con misiles y tanques, sino con sólidas alianzas y convicciones imperecederas. Entendieron que nuestro poder no puede protegernos por sí solo, y que tampoco nos autoriza a hacer lo que nos plazca. Por el contrario, sabían que nuestro poder crece cuando se usa de forma prudente; nuestra seguridad emana de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo, las cualidades moderadoras de la humildad y la moderación.
Somos los guardianes de este legado. Guiados por esos principios una vez más, podemos responder a las nuevas amenazas que exigen incluso un mayor esfuerzo, incluso una mayor cooperación y comprensión entre naciones. Empezaremos a dejar responsablemente Irak a su pueblo, y a forjar una paz duramente ganada en Afganistán. Con viejos amigos y antiguos enemigos, trabajaremos sin descanso para disminuir la amenaza nuclear y hacer que retroceda el fantasma del calentamiento global. No vamos a disculparnos por nuestra forma de vida ni dudaremos en defenderla, y a aquellos que pretenden alcanzar sus objetivos infundiendo terror y masacrando a inocentes les decimos desde ahora que nuestro espíritu es más fuerte y que no puede quebrantarse; que no durarán más que nosotros, y que les derrotaremos.
Porque sabemos que nuestro legado como mosaico de culturas es un punto fuerte, no una debilidad. Somos una nación de cristianos y musulmanes, de judíos e hindúes, y de no creyentes. Estamos moldeados por todas las lenguas y culturas, sacadas de todos los rincones de esta Tierra; y como hemos probado la amarga bazofia de la guerra civil y de la segregación, y hemos emergido de ese tenebroso capítulo más fuertes y unidos, no podemos evitar creer que los viejos odios pasarán algún día; que las líneas tribales pronto se disolverán; que a medida que el mundo se vuelve más pequeño, nuestra humanidad común se dejará ver; y que Estados Unidos debe desempeñar su papel como guía en una nueva era de paz.
Al mundo musulmán le decimos que buscamos un nuevo camino hacia delante basado en el interés y el respeto mutuos. A esos líderes que hay por todo el mundo que pretenden sembrar el conflicto o culpar a Occidente de los males de sus sociedades, sabed que vuestro pueblo os juzgará por lo que podáis construir, no por lo que destruyáis. A aquellos que se aferran al poder mediante la corrupción y el engaño y el silenciamiento de la disensión, sabed que estáis en el lado equivocado de la historia, pero que os echaremos una mano si estáis dispuestos a aflojar el puño.
A la gente de las naciones pobres, nos comprometemos a trabajar con vosotros para hacer que vuestras granjas prosperen y permitir que fluya el agua limpia; para nutrir los cuerpos que se mueren de inanición y alimentar las mentes hambrientas. Y a aquellas naciones como la nuestra que disfrutan de una relativa abundancia, les decimos que no podemos seguir permitiéndonos la indiferencia hacia el sufrimiento fuera de nuestras fronteras; y que tampoco podemos agotar los recursos mundiales sin tener en cuenta el efecto. Porque el mundo ha cambiado, y debemos cambiar con él.
Al contemplar el camino que se abre ante nosotros, recordamos con humilde gratitud a esos valientes estadounidenses que, en este mismo momento, patrullan por desiertos lejanos y montañas distantes. Tienen algo que decirnos hoy, al igual que los héroes caídos que yacen en Arlington susurran a través de los tiempos. Les honramos no sólo porque son los guardianes de nuestra libertad, sino porque personifican el espíritu de servicio, una voluntad de encontrar significado en algo más grande que ellos mismos. Y aun así, en este momento ¿ un momento que va a definir una generación ¿ es precisamente este espíritu el que debe habitar en todos nosotros.
Porque al final, por encima de todo lo que el Gobierno pueda y deba hacer, están la fe y la determinación del pueblo estadounidense, del que depende este país. Es la amabilidad de acoger a un extraño cuando los diques se rompen, la generosidad de los trabajadores que prefieren recortar su jornada antes que ver a un amigo perder su trabajo, lo que nos ilumina en nuestros momentos más oscuros. Es la valentía de un bombero al precipitarse por una escalera llena de humo, pero también la voluntad de un padre de alimentar a su hijo, lo que finalmente decide nuestro destino.
Puede que nuestros retos sean nuevos. Puede que los instrumentos con los que nos enfrentarnos a ellos sean nuevos. Pero esos valores de los que depende nuestro éxito – el trabajo duro y la honestidad, la valentía y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo – estas cosas son antiguas. Estas cosas son verdaderas. Han constituido la fuerza silenciosa de nuestro progreso a lo largo de nuestra historia. Por tanto, lo que se requiere es un retorno a estas verdades. Lo que ahora se nos pide es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento por parte de cada estadounidense de que tenemos obligaciones hacia nosotros mismos, nuestro país y el mundo, obligaciones que no aceptamos a regañadientes, sino que asumimos de buena gana, con la seguridad de saber que no hay nada tan satisfactorio para el espíritu, tan determinante de nuestro carácter, como el darlo todo ante una tarea difícil.
Éste es el precio y la promesa de la ciudadanía.
Ésta es la fuente de nuestra confianza, el saber que Dios nos insta a darle forma a un destino incierto.
Éste es el significado de nuestra libertad y de nuestro credo, el motivo por el que hombres y mujeres y niños de todas las razas y todas las creencias pueden unirse en una celebración a lo largo de esta magnífica explanada, y el motivo por el que un hombre cuyo padre tal vez no habría podido trabajar en un restaurante local hace menos de 60 años, puede estar ahora ante ustedes para prestar el más sagrado de los juramentos.
Por tanto, recordemos este día como conmemoración de lo que somos y de lo lejos que hemos llegado. En el año del nacimiento de Estados Unidos, en el más frío de los meses, un pequeño grupo de patriotas se apiñaba en torno a hogueras moribundas a la orilla de un río helado. La capital había sido abandonada. El enemigo avanzaba. La nieve estaba teñida de sangre. En el momento en que el desenlace de nuestra revolución era más incierto, el padre de nuestra nación ordenó que se leyeran estas palabras a la gente:
“Que se le haga saber al mundo futuro... que en lo más crudo del invierno, cuando nada salvo la esperanza y la virtud podía sobrevivir... que la ciudad y el país, en guardia ante un peligro compartido, avanzaron para encontrarse [con él]”.
Estados Unidos. Frente a nuestros peligros compartidos, en este invierno de penurias, recordemos estas palabras intemporales. Con esperanza y virtud, desafiemos una vez más las corrientes heladas y soportemos cualquier tormenta que venga. Que los hijos de nuestros hijos digan que, cuando se nos puso a prueba, nos negamos a permitir que este viaje terminase, que no nos dimos la vuelta ni titubeamos; y con los ojos fijos en el horizonte y la gracia de Dios acompañándonos, fuimos portadores del gran don de la libertad y se lo entregamos sano y salvo a las generaciones futuras.




ALGUIEN DEBERIA INVENTAR ALGO EN EL CINE PARA CORREGIR ESTO...



  El tema de la dicotomía entre mirar al subtítulo o atender a la expresividad de los actores.

Merecería la pena para que la película saliera redonda.

En las subtituladas tienes la ventaja de escuchar la voz del actor, lo que significa que escuchas la entonación que él le quiso dar; en las no subtituladas injustamente pierdes parte de su trabajo actoral. Además si no es del todo bueno el doblaje tienes a una moviendo los labios mientras suena el mordisco a una manzana o un tipo mirando a la cámara con tranquilidad diciendo ¡¡que nadie se mueva!! Bueno no jeje los doblajes suelen ser buenos pero siempre es mejor el original. En cualquier caso a mí esto último no me importa tanto como lo primero. En el cine actual la palabra ha ganado a la mímica de antaño así que perderse la expresión y entonación que quisieron darle los actores es un poco estafa...

Ahora bien cuando vés los subtítulos te pierdes parte de la película. Da mucha rabia llegar al momento clímax... de la situación y tener que mirar lo que dicen ¡¡¡y perderse esas miradas de deseooo!!! ¡jooo eso no puede ser! Además ¡qué estress todo el rato leer rápido para no perderse palabra y gastarse la vista distinguen bien las palabras cuando el fondo es blanco! Y eso sin tener en cuenta lo fundamental; que aunque la imagen ha perdido expresividad frente al mudo en el séptimo arte sigue siendo el primordial modo de transmitir. Así que es una verdadera putada no ver cómo actúan los actores por no perderse lo que dicen.

Es algo así como elegir entre el oído o la vista. A mí las películas me entran más por la vista. Pues para algo están compuestas de imágenes, parte que sí que no puede tener subtítulo alguno... por eso voy a las dobladas. Pero da rabia perderse parte del trabajo de los actores...
P.D.: Fotograma de la maravillosa "Amelie".




¡¡¡NIEVEEE!!!


El domingo fuí a Cotos para ver sentir y jugar con la nieve. Cogí el tren de Cercedilla a Cotos, el primero de la mañana, a las 8:30 y en media hora estaba allí. Hacía mucho frío mucho viento caían diminutos copos de nieve que la ventisca agitaba empañando mis cristales (de mis gafas). Estaba lleno de niños tirándose en trineo, de esos que alquilan ahora que poco se diferencian de patines y mucho esquiador. Fué precioso ver tanta nieve amontonada en la montaña; en el bosque. La gente jugando, tirándose bolas de nieve. Como un paisaje navideño de esos de postal que tanto nos gustan...

Subí hasta las Lagunas de Peñalara pese al riesgo de aludes que han dado últimamente tras la muerte de ese chico. Tal vez el miedo, el riesgo, la locura... dieran más énfasis a la "aventura". El caso esque me entusiasmada tirándome de panza por la ladera nevada y revolcándome por el suelo mientras tiraba bolas de nieve a mi contrincante. ¡¡Incluso hicimos un oso polar!! Los diminutos copos, más bien chispitas de agua helada, no paraban de penetrar en mi abrigo y en mis pantalones. La niebla hacía acto de presencia embelleciendo ¡aún más! aquel paisaje entre brumas peligroso, ¡¡terroríficamente bello!!

Terminé empapada, de arriba a bajo. A la bajada un fotógrafo nos fotografió y salimos publicados en "El Mundo" en el artículo del chaval muerto. Bajo la foto una nota precavida "excursionistas adentrándose en la zona peligrosa sin el instrumental necesario" ¡¡jajajaaa!! ¡ése en cuanto nos vió más calados que una sopa y con el pelo a lo afro puso el objetivo a punto!

La parte graciosa de veras vino cuando en el restaurante de abajo nos paramos a comer y una vez en pasivo nos dimos cuenta del frío que teníamos, sobretodo porque estábamos calados de arriba a abajo y el local no era precisamente un horno.

¡¡Aún así qué bonita es la nieve!! ya podría nevar más...

BELLEZA







Es curioso cómo cuando hace buen tiempo todos estamos de mejor humor. Los edificios sacan sus colores, las palomas copulan entre ellas y mostramos los mejores modelitos, puesto que, casualmente, es en  primavera y verano cuando la ropa es más mona. A la mayoría de gente le gusta el buen tiempo más que los días nublados; a mí las tormentas, (vistas desde casa), los paisajes nevados y la niebla me parece que tienen mucho encanto, puede que incluso más que los días primaverales. Pero volviendo al genérico: ¿es la mayor exposición al sol lo que nos hace más "felices"? Si pudiéramos mirar más de dos segundos el Sol de frente sin quedarnos ciegos, solamente el Sol, una bola de fuego, ¿qué tiene de bonito? ¿Y la temperatura...?, ¿nos pondríamos tan contentos si en los días de sol siguiéramos llevando abrigo o si se decretara con la subida de la temperatura un largo período de abstinencia? No creo, ¿no? Es sin duda la conjunción de circunstancias lo que hace bonita la ciudad, (¡o el campo!), en estos días; haciéndonos sentir mejor. 

Durante las guerras apenas hay creaciones artísticas, también hay días de verano, ¡y de primavera!; pero están teñidos de sangre y pierden todo su sentido bucólico-romántico ante la catástrofe. Es cierto que han habido escritores pintores escultores, (también no reconocidos)... que han seguido con su obra durante los tiempos difíciles. Pero la influencia negativa de su entorno se ve plasmada en sus cuadros, libros (etc). Además, como el mundo no está para pensar en el arte a falta de pan, tampoco trascienden y "no nacen" nuevas figuras. Goya cambió completamente de "estilo" durante y tras la Guerra de la Independencia. Podía haberse limitado a documentar lo que ocurría; pero un artista se entrega al arte, fundamentalmente, por amor, no por justicia. Se dice de ellos... ¡que sienten una pasión muy fuerte que les llena el alma!, o al menos así lo dijo el amigo de Szpilman en "El pianista" (Roman Polansky): "A mí un músico ¡me robasteis mi alma me robasteis mi violín!", y el celuloide nunca miente. Goya podía haber dejado el arte atrás, pues a ningún amante le gusta volver con su amada cuando las fuerzas le flaquean; si tenía necesidad de gritar al mundo lo que sentía podía haberlo hecho a través de otros medios mucho más populosos o alistándose a las tropas. Y sin embargo solo la pintura le salvó quizás, de la completa locura, de su soledad... ¡sus cuadros le daban la vida!; aunque no quisiera representar en ellos ninguna belleza. Tampoco le era necesario; el solo hecho de entregarse a ellos ya es un acto de amor frente a las penurias de la guerra: es de gran belleza. Es la búsqueda de aquello que nos inunda los sentidos de forma placentera y a su vez nos llena, lo que nos hace distinguir una obra de arte del Arte. Algo similar le sucedió a Rembrandt tras la muerte de su esposa e hijo, su "estilo" cambió: pues para él su vida ya no era bella así que lo plasmaba en el lienzo, transformando su angustia vital en arte. Uniéndose a la inevitable enemiga, embelleciéndola: retratándola... Hermosear la desesperación más mortífera es Belleza Pura; diría más: es una de las esencias del "arte". No afirmo con esto que los artistas quieran un mundo de colorines para todo el mundo mundial, ni que sean más buenos, ni que tengan que estar atormentados para llegar a la fama, (aunque hay que reconocer que el "genio sufrido" es un método de lo más lucrativo), eso es morbo, no belleza. En realidad ellos no tienen porque entenderla mejor que nosotros, mortales comunes. Pero la finalidad, al menos la principal, de su trabajo consiste en plasmarla, ya sea en el objeto ya sea generando sentimientos en el espectador, y eso la distingue de cualquier otra profesión.  

No obstante crear belleza no es solo exclusividad del artista, la Belleza puede surgir de la inmoralidad más descarada... Nadie que haya leído el libro "La moral en la época del Rococó" podrá ver mucha hermosura interior en la nobleza europea del siglo XVIII y, (igual para contrarrestar), los nobles y reyes absolutistas no concebían el mundo sin rodearse de joyería, palacios, bellos jardines, lujosos vestidos, hermosos carruajes, etc. Ni comprendían el concepto de ahorro cuando el Tesoro iniciaba su decadencia... Ellos ni podían concebir un mundo sin sus "frívolos" artilugios, eran incluso más importantes que el valor del dinero. ¡Ni el más insustancial de los mortales perdería sus papeles por la riqueza si ésta no tuviera más sentido que el papel o el oro! Pues, ¿por qué no decirlo?, la Belleza también entiende de moda, privilegios sociales y poder. Y que ésta no sea tan elaborada no quiere decir que tenga menos importancia que la mística-espiritual. De hecho, históricamente, le debemos más al arca y al territorio que al idealismo con que los disfrazan. Y, volviendo a la nobleza del Rococó, ¡hay que reconocer que son realmente bellos los artilugios de aquella época! Es un principio que todos tenemos en común, de los pocos que todos compartimos, personalizándola cada uno a nuestro antojo. ¡Incluso la gomorra italiana!; igual no tendrán una opinión muy hermosa de la belleza interior o de la belleza de los ideales, pero no le faltará al cabo una hermosa casita, un coche lujoso, mujeres guapas...

Si vemos una foto de Bin Laden cogiendo a su hijo, (suponiendo que lo tenga), tiernamente... con uno paisaje de fondo de esos de lago con cisnes igual nos sale una carcajada por ser quien es, ¡pero en el fondo nos parece una foto simpática!, y por un instante seguro que olvidamos que se trata de uno de los peores asesinos mundiales. Nosotros mismos experimentamos el poder de las cosas bellas cuando nos mandan mensajitos chorras de "seré siempre tu amigo mándalo mil veces y el mundo será mejor" y nos salen aquellas fotos de patos con gatitos y ríos entre montañas heladas flores de mil colores... No nos cambia la vida pero nos hacen un poco más felices y eso que es una chorradas, ¡¡y encima suelen ir cargados de las más terribles amenazas!! ¿Y cuántas veces no nos henos salido de las durezas de la vida soñando una casita idílica en la Polinesia con el hombre o mujer de nuestros sueños, o narcotraficando por el Bronx, (hay que respetar todos los sueños)? A veces hasta tiene una importancia vital, ¡de subsistencia!; ¡que no teníamos móvil y ya pintábamos bisontes por las cavernas!

Pero, para mí, no hay nada tan valioso como la Belleza irreconocible; aquella que solo nosotros somos capaces de concebir, la que cada uno se crea y resguarda como un tesoro exclusivo, por mucho que lo comparta. Ya se trate del físico de un muchacho o de hacer una apología de la misma... Hace años conocí a un personaje muy particular: una asistenta argentina. Esta chica tenía una hija, su marido había muerto y estaba en España para ganar dinero y mandárselo a la niña. Daba bastante lástima: se drogaba, bebía como un cosaco y se le llenaban los ojos de lágrimas cada vez que escuchaba alguna canción de su tierra, cosa que sucedía constantemente... Esta chica era actriz y mientras luchaba contra su mal estado aquí, en España, llenaba sus horas muertas con un proyecto en el que unía a los artistas de la calle para salir adelante, de forma completamente voluntaria. Estaba empeñada en ver la belleza de la vida; cuando no tenía nada que decir hacía el mimo y aprovechaba para ganar expresividad, decía cosas como "¡yo próximamente tendré el reto de ser camarera!" para darse ánimo y no abandonar su lucha: es en la esencia donde todo tiene su encanto. ¡¡Y estaba lejos de plantearse gestas heroicas del tipo "dedicar enteramente mi vida a los demás"...!! Simplemente era muy consciente de la importancia de la Belleza en la vida, la necesitaba porque sin ella se asfixiaba; y fue su falta, (una de ellas), la que la ahogó y la llevó al mundo de la drogadicción. El proyecto, si bien no la hizo más segura y feliz, si hizo que recuperara, plenamente, lo que para ella era bello: su humanidad. 




¡Y cuánta gente que, aparentemente, "lo tenía todo", se ha suicidado...! Personas acostumbradas a la soledad y a las miserias de la vida que un día se dan cuenta de que ya nada les motiva y deciden dar el último paso... A pesar de que, precisamente, en las adversidades es donde da más gusto crear ilusiones; ya que no hay mayor arte que el de ayudarte, de crearte, a ti mismo. Como más fealdad haya que embellecer, ¡más poderosa se sentirá nuestra Amiga! Aunque es justo apuntar que salir o no de una situación tan difícil no es solo labor única y exclusiva de la Belleza, que para tales casos, por sí sola, no vale de  mucho. 
Y existen bellezas que surgen de la "nada", ¡que solo fabrica nuestro subconsciente!, intuyendo que sin Ella no sabemos más que sobrevivir. Es el caso de Aham: un dependiente de supermercado iraquí acostumbrado a oír las bombas sobre su cabeza, resabido de todo tipo de miserias y desgracias. Vino a España, solo, (también estuvo en su época estudiantil y era bastante feliz), a Madrid, donde tanto soñó estar de pequeño... Tenía trabajo, dinerillo y estaba donde quería... Y sin embargo se sentía más desgraciado que durante los bombardeos, pues su vida había perdido por completo su sentido al no ajustarse sus ensoñaciones a la realidad. Él pensaba que consiguiendo  lo que ya tenía y cumpliendo su sueño de niñez se sentiría feliz aún no disponiendo de amigos ni familiares cercanos. Todo a su alrededor era tedioso, insustancial y feo y eso estuvo a punto de llevarlo a la depresión. Pero, sin proponérselo, la misma rutina le enseñó el modo de salir del círculo y sentirse orgulloso de sí  mismo; simplemente confiando más en lo que la vida le podía deparar que en lo que ya sabía. 

Y ya hablando de ficción y retomando el tema del arte, ¡cómo no conmoverse con el entrañable personaje de "Léolo", (película de Jean-Claude Lauzon)!, ese inteligentísimo niño lleno de talento encerrado en una jaula de locura, miseria y desgracias familiares, que le llevaban a tener por único consuelo los libros y su diario... Como decía una y otra vez con una extraordinaria y aterradora lucidez: "porque sueño, no lo soy...".


  La Belleza, algo tan anquilosado y estigmatizado en nuestra sociedad actual; en su conjunto es tan abstracto, o más, que la felicidad: Es, sencillamente, el Placer intelectual y/o emocional que, sentimentalmente, nos eleva más allá de la rutina. 



P.D.: Vamos a ver ¡jeje! la primera foto de la derecha es Desperaux del que ya os hablo más abajo, el guaperas de la izquierda que va con abrigo el guapísimo actor italiano Daniele Liotti, y el otro guapísimo que aparece en la foto más grande es mi chico. Los tres representan ideas de belleza para mí, claro que no del mismo modo. La composición es creación mía, no metedura de pata, y va del más importante al menos, si esque el ratón tiene un morbo con esas orejillas...






LA VIDA ES CUESTION DE EQUILIBRIO



  Muchas veces me pregunto si el mundo sería mejor si lo tuviéramos ¡¡"todoooo"!! lo positivo que tendremos cuando somos jóvenes, de golpe. Cuando somos jóvenes no tenemos suficiente dinero, ni casa, ni podemos viajar tantas veces como quisiéramos. Y lo peor, cuando somos jóvenes (jóvenes de verdad) tampoco tenemos las ideas claras ni escogemos con sensatez y siempre estamos altos o bajos (anímicamente hablando) aunque esto último quizás sea una ventaja ya que careciendo del bienestar al menos da aventurilla al día a día... Mi abuela, cuando no estaba tan hasta las pelotas de todo, solía decir: "la gente joven no piensa como una persona mayor ¡qué horror que así fuera!" y creo que tiene razón pues cada día estoy más de acuerdo con ella en que es una ventaja esa "insensatez".

Imaginaros: tenéis veinte años y de golpe y porrazo ¡¡ploff Harry Potter entró por la ventana y le concedió a tu mente quince o veinte años de ventaja!! ¡¿No sería para saltar de alegría...?! Evidentemente: si, ¿o no? Y más teniendo casa propia, trabajo fijo (supongamos también esto)... Pero tanto DE TOOOO ¿no se nos subiría a la cabeza? y habrá quien diga ¡¡¡nooo!!! ¡porque ya habríamos superado los treinta! Vale, de acuerdo. Ahora envejecer diez años más; cuerpo de treinta mente de cuarenta y cinco o cincuenta, ¡¡un chollo también!!, pero no tanto... ¡¿y dónde quedaría la crisis de los treinta eeh?! (jeje...).

Al final tanta perfección sería aburridooo, nuestro alrededor; nuestra mente ¡¡no albergaría tantas dudas y anhelos y miedos y pasiones...!! Como ya lo tendríamos todo echo el futuro se presentaría de una estabilidad pasmosa ¡y lo peor esque esa estabilidad emocional (sólo hablo de eso cuando me refiero a estabilidad) nos reconfortaría! Consecuentemente, no tendríamos la necesidad de arriesgarnos a aprender tantas (que no no aprender nada ojo) cosas nuevas e importantes para nuestra vida puesto que en teoría eso ya lo habríamos hecho y sería una etapa superada, que nunca vivimos...

Conclusión: tendríamos menos experiencias vivenciales y desde luego tanto para bien como para mal no las notaríamos en esa medida... ¡Más conclusión y recontando para nuestro final: nuestra vida habría sido sosa aunque igual más llena de cosas que en un ciclo cronológicamente natural. Y nuestra edad mental tendría una evolución tan sentimentalmente llana al haber extirpado tantos momentos, al no existir los altibajos (en menor medida)... Tanta falta de experiencia emocional estancaría también nuestra mente, pues no se puede despegar de los sentidos ni las sensaciones. Y no solamente habríamos "sido" unos aburridos toda la existencia sino que en realidad, seguramente, al ejercitar menos la mente (recordemos que nos hemos saltado los quince años de la edad neuronal más activa) nos habríamos convertido en aquello que llaman "gente madura por madurez"; osease igual nos hubiéramos retrasado quince años; sólo que no es lo mismo un cuerpo de ochenta en una mente de sesenta y cinco que un cuerpo de veinte en cerebro de treinta y cinco...

En mi curro hay una chica de veintiuno que no sabe si irse con el novio a Cuzco con curro ya seguro; me parecería genial que decidiera no ir pero los porques... ¡¡son para pegarla dos ostias!!: "esque dicen que hay muchos robos y la cultura es muy distinta...", a todo esto se tomará tan "en serio" tendrán tanta importancia esos "pormenores" este posible viaje puede suceder dentro de un año y ya le da vueltas a la cabeza hasta echarle humo... ¿no sería más sencillo reconocer que tiene miedo al futuro que no sabe si está preparada para ese cambio con el novio...? tampoco es tan malo. Cuando tenga cincuenta años igual dirá "yo esque con veinte era una niña hubiera tenido valor y me hubiera ido pero como me sobrepasaba la idea empecé a rallarme con la cultura y demás cosas que no eran para tanto (pues Cuzco tampoco es ciudad Juárez)" y lo dirá con orgullo, como si el orgullo pudiera suplir con creces otras cosas.



"EL VALIENTE DESPERAUX"; SAM FELL, ROBERT STEVENHAGEN (9)




UN CUENTO FILOSÓFICO

Ayer tuve ganas de cine y palomitas (esto último al final no lo pedí para des intoxicarme de tanto roscón de reyes y comilonas) y empecé a ver las películas de la zona de Bilbao "Una familia con clase" "Los limoneros" "Crepúsculo"... Me pareé frente la de "Australia" de Nicole Kidman y Hugh Jackman pero de repente me invadió una especie de soponcio al tratar de estimularme con la historia: dos tíos guapos y exitosos con una vida difícil pero apasionante terminan juntos y liados cuando parecía todo perdido... ¡¡El amor y la pasión nuevamente como salvación!! claro que a diferencia de las de Meg Ryan ¡¡entre tiros y muertos e história y acción...!! La comparativa es injusta y exagerada... pero al final tuve la impresión de que el mensaje sería similar y más teniendo en cuenta finalmente el director, ese extraño Baz Luhrmann; así que seguí buscando ¡y ahí lo encontré: un ratoncito simpático con jubón y espada!


Era el pequeño Desperaux ratón de animación gráfica para los peques de la familia... Me metí a verla y naturalmente no flipé en colores y al final me estaba durmiendo, pero creo que de ser niña me hubiese gustado mucho, es más creo que a todos los niños debería gustarles mucho.

Resumen rápido: este es un reino donde la gente es feliz comiendo sopa la reina muere porque se le cae una rata en su plato, el rey declara matar a todas las ratas de la calle (se reunirán ahora en el subterráneo) y no comer NUNCA MAS sopa, la ciudad entristece a consecuencia de esto último y los días se tornan grises y nublados. Pero nace el pequeño Desperaux, un ratoncillo bueno valiente y lleno de vida de los que todos los demás ratones tienen envidia, (aunque esto es criterio propio). Una mañana de aprendizaje en la escuela Desperaux no reo los libros sino que descubre su pasión por las lecturas de caballería y, motivado, decide convertirse en caballero. Así, se hace amigo de la princesa del castillo y sus compañeros ratones lo declaran culpable de insubordinación ratonil por el grave delito de entablar relaciones con los humanos. Lo condenan a vivir entre las ratas, donde lo más seguro es que sea comido. Pero tiene suerte y una rata buena como él lo salvará y se hará su amigo; esta rata, no obstante, es la que cayó en la sopa de la reina y la culpable de que todo el reino esté amargado. Desperaux convence a la rata para que se disculpe ante la princesa pero ésta nada más verla la maltrata de tal forma que traumatiza a la ratita... Entonces, ésta, se vuelve reencorosa y se junta con la sirvienta, una pobre muchacha que nunca ha sido querida por nadie y que envidia a la princesa para raptarla y entregársela a las ratas. Pero una vez éstas están a punto para comérsela... la rata, que no es mala, se arrepiente ¡¡y aparece Desperaux!! ¡que espada en mano y junto con su amiga la rata luchan contra todos y salvan a la princesa! Y con la salvación de la princesa el rey otra vez se alegra y permite que se vuelva a cocinar sopa ¡¡y llueve!! y el cielo se despeja ¡¡y todos contentos!! (Al final no tan rápido).

Es una historia para niños, bonita e imaginativa, pero me quedo con todo lo que dice. Con ese: "y como suele suceder cuando a una persona le invade la tristeza el rey la pagó con las ratas y con la sopa y eso entristeció a los ciudadanos que la pagaron con las ratas y las ratas con los ratones y los ratones con Desperaux que parecía perfecto..." (más o menos). Pero como Desperaux era valiente y sólo se quedaba con lo bueno del mundo (TOMA YAAA): "y aunque era incluso pequeño para ser ratón él en su imaginación se veía gigante"; cambió el mundo y luego la alegría también fué en cadena... "Y diría que fueron felices y comieron perdices pero ¡¿y eso qué más da?!" ¡¡Me encanta!!, ¡encima realista!, pues ni la princesa consigue príncipe ni dice que sean felices para siempre; lo importante es que volvieron a disfrutar, en ese momento, de las pequeñas cosas de la vida... Por cierto con lo de que el mundo se oscurece cuando falta la sopa... ¡¡se podría interpretar como una alusión a la importancia del dinero y la comida (de la crisis) jeje!!

Y buenísimo el personaje de la sirvienta, más real y complejo que los que actualmente parece que le da por retratar a Woody Allen; la chica siente una especie de admiración-envidia por la princesa que finalmente se decanta por envidia cuando la princesa le dice que está ridícula con la escoba y sin querer le hace ver su situación real. Pero todas esas manías por ser princesa desaparecen en cuanto encuentra a su padre y éste no la rechaza.

Menudas lecciones cuelan... Estaría bien que estos directores, Sam Fell y Robert Stevenhagen, también hicieran películas para adultos.


https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/517521/217454.html



¡¡ESTE AÑOOO SERÉ LERDA LERDÍSIMAA!!


Me lo he propuesto y hasta me hace ilusión. Viendo cómo cada día parece adquirir más relevancia aquella "listeza" que consistente en ver quien encasilla primero las cosas, los conceptos, las personas, el mundo y hasta los perros y gatos. ¿Por qué tanto empeño en parecer super listísimo? No es que no lo comprenda es que no lo comparto. Admiro mucho a la gente inteligente pero no creo que quienes la ansían como podio puedan llamarse así y en cambio... la experiencia me dice que para gran parte de la sociedad sí es así que seré yo quien tendré que cambiar mis conceptos, como es lógico. Es sólo que no me da la gana... No no quiero decir ¡¡ooh qué lista es esa o aquella pues enseguida a pillado aquella sutileza (siendo cortés con el vacile del a b c) y sabe de qué va el mundo porque también practica el noble arte del vacileo!! pero cuando se trata de hablar de temas más profundos sólo ataca cual ciervo moteado... No voy a poner ejemplos porque es evidente a qué me refiero y estoy cansada a estas horas, todos sabemos cual gratuitamente, algunos (muchos), encajonan a los demás para no hacer el esfuerzo de pensar que igual no estamos tan seguros... ¡que igual no somos tan requetelistísimos! Que no digo que no los haya; a lo que me refiero esque no puede ser que la mayoría de la peña lo vea todo claro cual bola de cristal "¡al instante!" no puede ser porque luego vienen las lamentaciones cuando alguien no ha seguido el patrón o cuando el patrón falló; aunque claro en tal caso se trata de ése que es un capullo o un cabrón o un raro ¡por supuesto!


En fin que sigo sin comprender del todo así que seré lerdísima; pero haré ver que soy megalistísima como los muchos para no desentonar en el decorado, si soy realmente capaz. Pues difícil me resulta fingir lo que no pienso. A ver si por fin me importa una mierda lo que se espere de mí, y como ejemplo pongo este post donde se pueden comprender muchas cosas de mí, a ver si nos coscamos ;-) (es broma para los que no se hayan dado por aludidos). Dicen que lo importante es intentarlo ¿no? una y otra vez...


¿EVOLUCIÓN O MEJORA (OPINIÓN)...?


Siguiendo en la línea del científico Francisco Mora me pregunto realmente qué entendemos por evolución y si ésta siempre va "¡hacia arribaaa!". La palabra, como tal, tiene un significado bien específico que si tuviera delante un diccionario me molestaría en apuntar (a pesar de la vagancia que me da mirar en él); la evolución en realidad no se diferencia mucho de la Historia, tal vez en que ésta última es de interés general y observa hechos y actividades llevadas a cabo por los bichos de la Tierra, (especialmente del hombre), o de alguna cosa digna de ser oída, dígase por ejemplo el Universo...

¿Historia es ACCIÓN evolución es EL SEGUIMIENTO DE LOS MECANISMOS DE LA ACCIÓN...? Realmente no lo sé porque se tiende a relacionarla con ¡¡la mejora!! ¡¡ir para alanteee!! Y francamente: me parece absurdo; ¿pues no hemos quedado que eso entra en un plano subjetivo...? Y si pasamos del subjetivismo ¿entonces estaremos involucionando?, naturalmente la sola palabra suena ¡¡absurdaaa!! pero ¿por qué lo contrario no...?

Estamos destrozando el planeta, nuestra única Casa. Los científicos dan cifras alarmantes de un futuro no tan lejano y desolador... y aún así seguimos dándonoslas de modernos y sabios... Eso sí, sin saber (incluyéndome a mí) apenas ninguno de los nombres de los que actualmente están haciendo posible este progreso tecnológico y de mejora de calidad de vida. Sin planeta no somos nada. Pero parece que eso no importa... ¿Tiene o no tiene fallos y aciertos la evolución...? Hablando de DEVOLUCIÓN como dice el libro "El científico curioso" la mayoría de las especies actuales llevan existiendo más tiempo que el hombre. La "pacífica" tortuga marina por ejemplo que tiene una capacidad cerebral al menos una séptima parte menor que la nuestra lleva más de 200 millones de años habitando todo esto mientras que nosotros tan solo sobrellevamos dos millones de años desde los primeros Homo sapiens.

El día en que podamos seguir creando sin que se nos suba al coco creo que merecerá la pena inventar un nuevo término para la ocasión...

Me despido con una gran frase de Francisco Mora sobre la superioridad y la evolución:
"Así pues, la capacidad o superioridad de una determinada especie no puede ser considerada a menos que ésta se enmarque dentro de un medio ambiente igualmente determinado."