"BOHEMIAN RHAPSODY" (2,5) BRYAN SINGER: TRASFONDO MISERABLE



  Película flojilla correctamente interpretada y, ante todo, muy bien cantada, por el vocalista Marc Martel, (de ahí el 2,5, hay que tener huevos y talento para asumir el reto y alcanzar semejante resultado). Los puntos que restan el 10, bien merecidos también: por infatiloide y maniquea. Desconozco la vida de este hombre, se comenta que le gustaba mucho ir de parranda, que tuvo múltiples amantes, que si las drogas el alcohol las ínfulas de estrella... Que sí... que está muy manido lo de sexo drogas y rock and roll; que las estrellas tienen su corazoncito y vulnerabilidad... Pero hay que ser miserable para convertir la vida de un hombre que alcanzó la leyenda en la de un millennial rebelde sin causa que adora vestir extravagante y se mete en muchos líos, para que no le llamen gay. Tendrá que mostrarnos algo que justifique su talento y su fama; pero aquí no se aprecia su amor por la música, su necesidad de trasmitir a través de ella su verdad... No sabemos por qué actúa; no sabemos ni si piensa. Va por la vida encontrándose con lo que necesita para convertirse en Queen, sin ton ni son, como Jaimito anda por el bosque encontrándose animalillos amigos; ¡no se pone nervioso ni en su primera actuación!, (como sabe que va a ser una gran estrella de antemano...). Pero cuando llega el momento de tocar la fibra "sensible" al espectador con el tema de la homosexualidad... (sí, son humanos), ¡ahí no hay tu tía!: el más sensible del mundo mundial, (llorica en verdad); así, ¡de repente!: porque toca hacer de gay. Exactamente por el mismo motivo que hace media hora era el rey del mambo 100% seguro de que todo iba a ir como la seda: porque sí, ¡porque soy Freddie Mercury y seré una leyenda!

Un mero espectáculo de formas y gestos torpes y atropellados que solo tratan de transmitir una idea, (a propósito o a despropósito), muy estúpida e insultante: Freddie tenía su corazoncito y era humano, tenía sus dudas y sus pupas emocionales, como nosotros, (por si el espectador es tonto y no había caído en esa posibilidad). Y, por consiguiente, era tan humano como tú o como yo: ¡tenemos tanto en común con él...! Y que esta idea, que no engrandece precisamente a nadie más que a nuestro frágil ego, genere admiración por este bodrio... Que se diga que es un maravilloso homenaje a Freddie Mercury cuando es totalmente caricaturizado...  No es más que una película de sobremesa, idónea para cubrir de gloria al espectador selfie ansioso de notoriedad. Se realizó con ansiedad con vistas al taquillazo, sin el amor que merece una película biográfica; ¡ni siquiera se documentaron bien sobre los eventos y fechas!, (ni que no tuvieran material...). Y para colmo, con moratina final de regeneración zen al verle las orejas al lobo, (la muerte): "es cuando te pasa algo muy trágico y muy grave cuando aprecias la vida", (¿de verdad...?, ¡pues qué bonito y práctico oyes!, ¡a ver cuándo nos llega la hora para convertirnos en genios!). Conclusiones absurdas que relacionan el desmadre con el mal y la contención con el bien; personajes cartón piedra que se relacionan según necesidades de guión (el único que se acerca a la realidad, edulcorada, es el de la novia)... Francamente indignante.