"LA PEQUEÑA PLAZA"


Literatura

20-IX-1998. Esta joya la encontré en un artículo de la revista EL PAIS dejado a su suerte sobre un banco, y desde entonces perdura en el trono de mi libro de citas y frases. La autora se llama Sophia de Mello Breyner Andresen, poeta portuguesa, ¡y es INCREÍBLE que nunca antes hubiera oído hablar de ella porque es BUENISIMAAA! La agonía y la vida más pura, la cotidiana, se unen para celebrar ¡la vida! y la muerte... Parte más funesta de, sin embargo, ¡la vida! Es la primera vez que leo una descripción así de original, lírica, positiva, sencilla pero compleja, sutil, compasiva, ¡generosa...! de la muerte; donde no se pierde lo lírico ni lo bello en la más funesta de las tristezas... Todos llevamos sobre nuestros hombros la muerte de algún ser querido y podemos hacer que viva haciendo realidad su sueño más preciado: ¡su vida! Precioso...



La pequeña plaza

  Mi vida había adquirido la forma de esa pequeña plaza
en aquel otoño en el que tu muerte se organizaba meticulosamente
me aferraba a la plaza porque tú amabas
la humanidad humilde y nostálgica de las tienduchas
donde los dependientes doblan y desdoblan cintas y telas
intentaba convertirme en porque te estabas muriendo
y la vida entera cesaba allí de ser la mía
intentaba sonreír como tú sonreías
al quiosquero al estanqueroy a la mujer sin piernas que vende violetas
pedí a la mujer sin piernas que rezara por
encendía velas en todos los altaresde las iglesias que dan a esta plaza
pero apenas abrí los ojos y vi fue para leer
la vocación de lo eterno escrita en tu rostro
convocaba las calles los lugares las personas
que habían sido testigos de tu rostro
para que te llamaran para que deshicieran
la tela que la muerte estaba tejiendo en ti.



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