AYER MI PADRE NO PUDO DORMIR

Intimo y personal
03-VII-2008. Ayer mi padre no pudo dormir. Serían las tres de la madrugada cuando oí gruñir su puerta. La habían abierto y me extrañé. Me asomé al marco de la mía y espié. Sí, la puerta estaba abierta y hablaban. Le había desvelado un calor sofocante una repentina sudoración que le hacía respirar con dificultad; los ruidos guturales habían vuelto.

Con un sobresalto, recordé el verano del 2007 en casa de la yaya y aquella noche calurosa, canicular de mediados de agosto... Aquella noche angustiosa en que no pudimos dormir, escuchando en silencio el sufrimiento de mi padre. Los ruidos de mi "hermanito" para seguir con la normalidad mi disimulado "bueno voy a dormir" la discreción de mi madre.

Hablaba de que sería de su hernia de hiato, del queso de la cena. Los síntomas son los mismos y tras dos operaciones de alto riesgo en menos de un año es difícil ser optimista si no se es como mi padre. Intenté dormir con la luz salmón ¡mi "mineral luminoso"! pero no pude porque al poco entró mi madre con el susto en sus ojos. Venía a pedirme que me durmiera, que no pasaba nada... Debe ser difícil estar sola ante algo así, pero no por eso deja de ser madraza mi dulce mamá. Luego vino mi padre también a decirme que durmiera a esas horas de la madrugada, que no me preocupara. ¡Cómo me quieren mis papis! a pesar de entendernos tan poco. Nunca más seré querida así ¿seré yo capaz de entregarme tanto a alguien...?

Esta mañana desayunamos sin hablar, conviviendo con los ruiditos de mi padre. Ninguno hicimos ningún comentario fuera de lo cotidiano, el tono "normal" como aquella noche del 2007. El día a día ante todo, ese es el lema de mi padre: la vida primero. Hoy vuelvo a admirarle más que nunca. Ojalá esta vez sea sólo un miedo justificado.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya me lo contaste cuando pasó, pero no puedo dejar de emocionarme al volver a leerlo. Lo has escrito con una ternura y un corazón tales, que por sí solas, estas palabras hablan del alma tan bella que las han escrito.

Anónimo dijo...

¡Gracias Guapo! ¡tú sí que eres bello! besos.